Azcárate reúne ungrupo de más de 20 obras pictóricas, incluyendo un mural de 64 piezasrealizadas en acuarela sobre tela. Residenciada en Madrid desde hace una década,presenta su primera individual en Caracas desde que en el 2000 lo hiciera en elMuseo Alejandro Otero.
De aquellaexposición se recuerda sobretodo sus obras por el predomino de materialesorgánicos y la incursión en medios híbridos, expandiendo su interés de lapintura hacia otros campos. La experiencia personal de la artista con el hinduismo,evidente en toda su producción, la lleva a incluir elementos simbólicos y creenciasmilenarias relacionadas con la cultura oriental, como la dualidad entre vida y muerte,el viaje, el recuerdo y la repetición.
En aquel entoncesel uso de materiales orgánicos emblemáticos del repertorio tradicionalespiritual (como la bosta) le sirvió para dar un significado metafísico a losobjetos, las herramientas de trabajo de la artista, a los que ella llama “remanentes”.
Desde suexposición individual en Casa de Américas en Madrid, producida enteramentedurante sus años de residencia en Trinidad y a partir de la cultura callejerainfluenciada por el carnaval, Azcárate ha regresado a concentrarse en los dosmedios con los cuales dio inicio a su obra, a saber, la pintura y el dibujo.
En estas seriesque ahora mostrará en Periférico Caracas, Azcárate indaga en asuntos esencialesa la pintura como el color y la composición, sin perder de vista suspreocupaciones por los órdenes espirituales mayores, aunque ahora sea materialatente en lugar de imágenes que flotan sobre sus obras buscando en el espesorde lo pictórico un encuentro con lo metafísico.